¡Al diablo con todo!, fue lo primero que pensé cuando decidí separarme, claro, fue un «al diablo» lleno de miedos, dudas, inseguridades, lleno de rencor y frustración. pero fui educando y preparando mi mente para los peores escenarios, claro, nunca hay un escenario pensado peor que el real, ese que sucede cuando sacas la frase que le da final a una relación tan larga con una familia y un hogar que se desmoronaba .
Esta frase fue recurrente por años, demoré casi 2 años en tomar la decisión de comunicarle a mi esposo, “la decisión”; primero porque tenía un hijo y no quería que viera a su familia deshecha; pero al final fue peor tenerla junta de la manera en la que estaba.
Este blog va para ti; que estás separada(o), divorciada(o), soltero(a) por elección o simplemente es que no logras encajar con otra alma.
Yo no te daré clases y tampoco pretendo ser tú Psicóloga, soy una mujer de 50 años que te quiere contar su experiencia para que no te sientas sola(o), tú caso no es el único. Los miedos y frustraciones siempre son la base de tomar una decisión tan drástica como separarse.
Lo que te pasa a ti me pasó a mí y tal vez vivimos lo mismo, o tal vez lo tuyo es, o fue más frustrante, o más doloroso. Eso ya no importa más, lo importante es que seguramente ya eres libre y miras desde lejos todo lo que pasaste; estás segura que ahí no quieres regresar, y si estás en el proceso tal vez te de algo de aliento para tomar tus decisiones.
Acompáñame en este blog donde encontrarás, seguramente parte de tu historia también. Esta es el primero de muchos capítulos que compartiremos juntos.
Con amor, Gabriela Marquina.